Los estragos de la guerra en Ucrania están afectando seriamente al sector agrícola, que constituye el 10% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Ucrania, reconocida como uno de los principales exportadores a nivel global de productos básicos como aceite de girasol, trigo y cereales, se ve particularmente vulnerable debido a los intentos de Rusia por debilitar su economía, con enfoque en ataques violentos al ámbito agrícola.

El campo se ha convertido en un blanco militar clave para las fuerzas rusas, y en las últimas semanas, las autoridades ucranianas han informado de un aumento de saqueos relacionados con maquinaria agrícola, almacenamiento de granos en silos y materiales de construcción.

Según informes de la CNN, soldados rusos han saqueado un concesionario de vehículos agrícolas de la marca John Deere en Melitópol, ciudad ahora bajo el control de Rusia, durante el conflicto en Ucrania. En total, se han sustraído 27 piezas de maquinaria, incluyendo tractores, cosechadoras y sembradoras, valuadas en 5 millones de dólares. La mayoría de esta maquinaria fue trasladada a Chechenia, pero el propietario logró rastrearla y desactivarla mediante un sistema de control remoto.

La producción agrícola ucraniana ha sufrido graves consecuencias desde el inicio de la ofensiva rusa el 24 de febrero. Según las últimas proyecciones de analistas, se espera que este año Ucrania solo alcance el 65% de su producción habitual. Esta situación no solo impactará los precios a nivel mundial, sino que también podría dar lugar a escasez de alimentos. En este contexto, la ONU ha advertido que la combinación de la guerra y el bloqueo de los puertos marítimos ucranianos podría desencadenar la hambruna de hasta 1.700 millones de personas en todo el mundo.